Cuando comenzamos a interesarnos por el mundo de la fotografía la mayoría caemos en el mismo error, pisamos el palito de «el equipo».
Es lógico, la fotografía se hace con cámara (y muchas cosas mas), así como imagino que cuando alguien quiere comenzar a aprender pintura pensará en que atril comprar o en que pinceles, la pregunta número UNO que desde siempre me han hecho es:
«¿Qué cámara me compro?»
Y si bien es una pregunta con decenas de respuestas, es una pregunta lógica para alguien que abre la puerta y se asoma a un mundo gigante que viene girando desde hace mucho.
Pero… ¿y después? ¿Qué camino tomamos?
Me gusta hacer una analogía sobre la fotografía y el ciclismo 🚲.
Cuando uno aprende a andar en bicicleta, ¿cuál es el primer objetivo?, ¿cuál es la primera meta?
No es ganar el Tour de France, es simplemente NO CAERSE. Es hacer que la bici vaya para donde queramos y haga lo que nosotros tenemos en mente. Con la fotografía pasa algo parecido, el primer objetivo es NO CAERSE…. Bah, no… el primer objetivo es hacer que la cámara haga lo que nosotros queremos.
Por eso creo que el primer paso es entender el equipo que tenemos, lo básico, lo fundamental… Exponer bien, enfocar bien y lograr hacer esto casi sin tener que pensarlo. Así como cuando montamos una bici no andamos haciendo cálculos sobre como balancear el cuerpo para no caernos.
Para lograr esto hace falta:
- Entender los fundamentos.
- Conocer nuestro equipo.
- Manejarlo de forma natural.
Lo más probable es que si estás leyendo esto, todo esto ya lo hagas…
¿Pero como se sigue? ¿Cuál es el camino?
Si llegaste hasta acá te voy a decir que como en las pelis de Star Wars, acá también hay algunas precuelas…
Tu interés por la fotografía nació antes de que te dieras cuenta que te gustaba la fotografía, antes siquiera de que se te pasara por la cabeza buscar una cámara. Si te gusta la fotografía entonces probablemente disfrutes también de otras actividades, disfrutes de observar, de encontrar patrones, formas, contrastes… cientos de cosas.
Es por eso que el camino no termina cuando dominas al 110% tu cámara, no termina cuando comprendes la luz, incluso tampoco cuando aprendes a ver con otros ojos y a ubicar de forma estética todo en el encuadre.
En ese momento es recién cuando comenzás a disfrutar al máximo de la fotografía, es ahi, en ese preciso momento en el que la bicicleta te empieza a llevar a descubrir nuevos lugares cuando comenzás a disfrutar de andar hacer fotos.
Yo no se en que parte del camino estoy, lo único que se es que intento disfrutar de cada kilometro.
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